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¿Quién no ha probado alguna vez el pollo al limón del restaurante chino de su ciudad? Y es que el pollo al limón es un plato chino conocido por todo el mundo, similar al pollo a la naranja, y un básico de la comida china para llevar.
Si pensamos en nuestros platos chinos favoritos es difícil elegir uno, pero sin duda este estaría en nuestro top.
Una de las cosas que me gusta de preparar esta receta de pollo al limón estilo chino en casa, es que además de ser muy fácil, se consigue un pollo extra crujiente, cosa que muchas veces no encontramos en algunos restaurantes chinos. Si a esto le sumamos que está bañado en una deliciosa salsa de limón el resultado es que vas a querer repetir una y otra vez.
Además, el pollo es un excelente alimento para comer después de hacer ejercicio, así que si sueles hacer cardio este plato te va a venir genial.
El pollo al limón chino se cree que se originó en la zona de Cantón, pero no es de extrañar que si viajas a China no lo encuentres en los restaurantes más tradicionales.
Y es que los limones no son un ingrediente principal de la gastronomía China, por lo que se dice que este plato es más popular fuera del país que en la mayor parte de él.
Una vez hayas frito el pollo, vuélvelo a freír por unos 30 segundos más a una temperatura un poco más alta. Esto hará que el rebozado quede extra crujiente.
Esta técnica es muy utilizada para hacer fritos de este estilo, y os aseguramos que vale la pena.
A continuación os dejamos algunas de nuestras recetas chinas, o inspiradas en la gastronomía china.
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Tortita de cebollino chino. Las cōng yóu bǐng (葱油饼) son unas tortitas saladas de cebolleta china, super crujientes por fuera y con una textura suave en el interior.
Un crujiente y dorado pollo bañado en una irresistible salsa de limón. Hacer este popular plato de los restaurantes chinos es muy fácil. Aprende a prepararlo para sorprender tanto a los más pequeños como a los adultos.
En primer lugar, corta el pollo de tamaño de bocado, y añádelo al bol con los ingredientes del marinado. Mezcla todo para que se integren bien los ingredientes, y presta atención a que la clara de huevo se mezcle bien, ya que puede costar un poquito.
Cuando ya lo tengas, déjalo marinar por al menos unos 20 minutos.
En un bol añade el jugo de 1 limón y el resto de los ingredientes de la salsa. Mézclalo bien hasta que no haya grumos de maicena.
Pon mezcladas la harina y la maicena en una bandeja, y añade sobre ellas el pollo junto con todo el marinado. Reboza el pollo presionando la harina y el líquido del marinado para que se vayan formando pequeños grumitos, que le darán ese toque crujiente típico del pollo rebozado.
A continuación, calienta suficiente aceite vegetal en una sartén y fríe el pollo por unos 3 minutos.
* ! Consejo: fríelo por tandas, ya que si agregas todo el pollo puedes bajar la temperatura del aceite y hacer que el rebozado no quede tan bien. Además, pueden pegarse unos trozos a otros.
Opcionalmente, para un rebozado extra crujiente, puedes volver a freír el pollo por 30 segundos más.
A medida que lo saques de la sartén, ponlo en un plato con papel absorbente para quitarle el exceso de aceite.
En una sartén limpia, agrega la salsa a fuego medio bajo y cocina hasta que el azúcar se disuelva y se vuelva espesa. En este punto, agrega el pollo rebozado y mézclalo bien con la salsa.
Para servir, de forma opcional puedes esparcir unas semillas de sésamo blanco y unas rodajas de limón.
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