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El edamame (枝豆) son vainas de soja aún inmaduras y tiernas. Esta palabra está compuesta por el kanji 枝(eda) que significa rama, y el kanji de 豆(mame) que significa alubia.
Son un popular aperitivo japonés el cual te suelen servir como acompañamiento al pedir una cerveza en un izakaya, lo puedes encontrar también como entrante en los restaurante de sushi, e incluso lo venden ya preparado para que puedas llevártelo de picnic.
El edamame no solo es un delicioso aperitivo, sino que también es un alimento saludable y está repleto de beneficiosas propiedades nutricionales. Entre ellas se encuentran que es una gran fuente de calcio y hierro, es alto en fibra, rico en vitaminas y bajo en calorías. Además, es de especial interés para los que llevan una dieta vegana o vegetariana por su elevado aporte de proteína.
Se puede cocinar tanto hirviéndolo como al vapor. Nosotros siempre elegimos la primera opción, ya que lo compramos congelado y así es más sencillo y rápido.
Antes de empezar con la receta, para los que no lo hayáis probado nunca, queremos aclarar que lo que realmente se come del edamame son las semillas que están en el interior de las vainas, como si de pipas se trataran.
El edamame es un snack perfecto para servir como entrante o acompañamiento a casi cualquier plato. Si estás o has ido a Japón, seguramente te lo hayan servido al pedir una cerveza.
Hay tantas formas de servir el edamame como gustos. Como más nos gusta a nosotros es con un poco de sal gorda y pimienta negra. Si os gusta el picante, también podéis añadirle además un poco de pimentón picante o chili en polvo, o incluso aliñadas con curry.
Además, si lo prefieres, también puedes servirlo sin cáscara en diversos platos como ensaladas, fideos o en poke bowls.
Snack nutritivo y fácil de preparar en tan solo 5 minutos.
Pon a calentar 4 tazas de agua en una olla, y añade 2 cucharadas de sal.
Una vez el agua empiece a hervir añade el edamame.
Cocínalo por unos 4 minutos dependiendo de su tamaño, o sigue las instrucciones del envase.
Escúrrelos muy bien y déjalos enfriar un poquito.
Añade un poco de sal gruesa y pimienta negra por encima de las vainas.
Si os gusta el picante, podéis espolvorear por encima un poquito de pimentón o chile en polvo antes de servirlo.
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