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El curry japonés conocido como curry rice o kare raisu (カレーライス) es uno de los platos más sencillos de preparar de la cocina japonesa y una de las ‘comfort foods’ más populares de Japón.
Además, si compras la tableta de curry ya preparada, es un plato muy rápido de hacer e ideal para esos momentos que no tienes tiempo de preparar una comida muy elaborada, pero te apetece un sabor diferente.
Como pasa con todos los platos, cada persona tiene su particular forma de prepararlo lo que conlleva a que haya algunos ingredientes que varien. No obstante, siempre se acompaña de arroz blanco y la salsa lleva trozos de patata, cebolla, zanahoria y carne, aunque en este caso nosotros vamos a omitir este último ingrediente y lo vamos a sustituir por pimiento rojo.
Es muy diferente a los curris de Tailandia o India, ya que el curry japonés tiene un toque umami y dulce típico de la cocina japonesa y suele ser más espeso. Además, no suele ser casi nada picante, así que es apto para aquellos que no lo toleran muy bien.
El curry se introdujo en Japón durante la era Meiji (1868-1912) desde India por los británicos, ya que por aquel entonces India era una colonia británica.
Como hicieron con otros platos que provenían del extranjero, los japoneses adaptaron el curry acorde a su gastronomía.
Aunque es un claro ejemplo de la comida yōshoku, hoy en día es considerado un plato propio de la gastronomía japonesa.
Aunque puede comerse simplemente el curry con el arroz, muchas veces se suele acompañar de frituras como katsu (cerdo empanado) o chicken katsu, o también gambas rebozadas (ebi fry).
En lugar de servir el arroz blanco junto con el curry, puedes hacer una omuraisu y acompañarla con curry. A este plato se le conoce como omukare ( オムカレー).
El secreto para darle un auténtico toque japonés al curry y que se diferencia de otros curris asiáticos es añadirle los kakushi aji; los ingredientes secretos.
Como casi con cada plato de cualquier gastronomía, su preparación varía según la persona que lo cocine. En el caso del curry japonés, la variación radica en los ingredientes extra que se le añaden para darle más personalidad.
Dos de los kakushi aji que más se usan para hacer el curry son la manzana y la miel, e incluso hay gente que le añade plátano. Añadir estos ingredientes secretos hace que el curry tenga un sabor más suave y un poco dulce: el toque para un auténtico curry japonés.
Para darle la esencia umami de la gastronomía japonesa, se le suele añadir salsa de soja, salsa worcestershire o salsa tonkatsu. Y de hecho, a los que les gusta un toque picante le añaden un poco de chile en polvo, pero no en exceso, ya que el curry japonés no destaca por ser picante.
Además de estos que os hemos presentado, hay más tipos de kakushi aji que se le pueden agregar al curry para personalizarlo a tu manera, puedes ir probando hasta encontrar el sabor que más te guste. Algunos otros ejemplos de estos ingredientes son:
-Pimienta negra
-Pasta de tomate
-Ketchup
-Mirin
-Sirope de arce o agave (para sustituir la miel si sois veganos)
-Café soluble
-Chocolate negro
Lo que hace que el curry sea un plato tan recurrido cuando no tienes tiempo es que hay una gran variedad de marcas de curry ya preparado en los supermercados.
Se venden tanto en tableta, con la que podrás preparar varios platos y personalizar su sabor con los kakushi aji. O en bolsita individual con el curry ya preparado, lo único que tendrás que hacer es calentar la bolsita al baño maría y acompañar el curry con el arroz.
Esta última opción es solo para aquellos que necesitan una comida ya preparada sin nada de elaboración, y lo que más se suele comprar es la tableta de curry para poder así preparar varias raciones.
Cada marca de curry tiene su toque diferenciador, pero todos tienen algo en común y es que suelen tener tres niveles de picante: suave, medio y picante. Aunque éste último probablemente no sea lo suficiente picante si lo comparas con otros tipos de curry asiáticos.
En el reverso de las tabletas de curry, puedes encontrar una pequeña tabla que te muestra qué nivel de picante tiene dicha tableta.
Si vas a utilizar una tableta de curry comprada, agrega solo agua durante el cocinado y no caldo. Ya que las tabletas de curry de supermercado llevan mucha sal, así como los caldos preparados. Si añades ambos correrás el riesgo de que te quede un curry excesivamente salado. Es por esto que es preferible que utilices solo agua, y rectificar de sal al final del preparado si es necesario.
Para evitar que te quede un kare raisu muy líquido, agrega agua o caldo solo hasta cubrir los ingredientes. Es mejor ir añadiendo más agua/caldo si se necesita, ya que sino puede quedarnos un plato muy líquido.
Si has preparado de más y te ha sobrado puedes congelarlo hasta 1 mes. Simplemente, tendrás que apartar las patatas, ya que al congelarlas se pueden romper y luego dan una textura y sabor diferentes al curry. También aguanta muy bien en la nevera hasta un par de días.
El curry rice es un plato japonés que consiste en una deliciosa salsa de curry acompañada de arroz blanco. Un plato muy aromático en el que se mezcla el sabor del curry con el toque dulce japonés.
En primer lugar, prepara los ingredientes. Para ello pela los vegetales y córtalos en tamaño de bocado.
En una olla calienta a fuego medio un chorrito de aceite, y añade los vegetales. Saltea por unos minutos hasta que la cebolla empiece a tornarse translúcida.
A continuación, a fuego medio-bajo agrega el agua y pon la tapa para que se cocinen antes.
Una vez los vegetales estén blanditos, apaga el fuego e incorpora la tableta de curry cortada a trozo a la olla. Mezcla bien para que se disuelva y se integre.
Vuelve a encender el fuego al mínimo y vez removiendo hasta que haya espesado. Si ves que ya no espera más y te ha quedado muy líquido para tu gusto, puedes añadirle un poquito de maicena disuelta en agua.
Sirve acompañado de un plato de arroz blanco japonés, y a disfrutar.
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